lunes, 9 de septiembre de 2019

PRELIMINARES AL ESTUDIO DEL ESPIRITISMO CONSIDERACIONES GENERAL 1872 . ES RESPECTO A LA FILOSOFÍA, DOCTRINA Y CIENCIA ESPIRITISTA,

INTRODUCCIÓN. La humanidad que puebla este pequeño mundo ó planeta, que se llama Tierra, empieza á de - jar atrá's ra infancia de su agitada vida. Cada uno de sus pasos fueron, hasta ahora, lentos como cada uno de los siglos de su tiempo. Con esfuerzo poderoso comienza la inteligencia á despertar sobre él, porque el rayo de la verdad le hiere y deslumhra. En vano la vieja y convulsa mano de la ignorancia que tanto tiempo oprimió su cabeza trata de hacer sombra para no interrumpir su penoso sueño; la luz lo invade todo, y la humanidad despierta. Sale de la infancia, y comienza á conocer al Dios, su padre, á sus hermanas, las humanidades, que pueblan todos los mundos que llenan el espacio, y pensando en sí empieza también á conocerse. Presiente ya su porvenir, descubre su 1 0 pasado, y empieza á saber por qué existe, de dónde viene y á dónde vá. Las nieblas del error huyen, y el Ser de los seres se levanta en la razón más poderoso, más sabio, más bueno y más bello que el Dios concebido en el límite de lo conocido. La imaginación vuela; pero si no es guiada por la ciencia y el raciocinio, no es por sí sola, á pesar de su potencia creadora, capaz de inventar nada más grande y más extraordinario que la verdad. Vayamos, pues, con este libro, pequeña palanca que con tantas otras ayudará á remover la pesada losa del error; vayamos á la verdad con la ciencia y la razón. La inteligencia rompe el círculo de hierro que la intolerancia ciñera en su disco luminoso, y las preocupaciones de las caducas creencias pugnan con los albores de una existencia nueva, que se presenta irresistible como una aurora en el reino de las sombras. El espíritu que se agita en la tierra quiere re - cobrar su bello ideal, su patria y su ley: su ideal bello es Dios, su patria el espacio, su ley la libertad. Aprestan sus armas en su mismo des^ tierro, la imaginación que invade, la razón que escala y la inteligencia que con sus certeros gol- II E. DE P. pes hace desprender chispas de verdad eterna. El mundo sabe ya que no está solo ni aislado en el mar de la inmensidad; crece, y el espacio le abraza mejor, sale del reducido y sombrío horizonte de sus aspiraciones y entra en el infinito justicia, verdad y belleza donde los mundos no son más que lugares de combate con la materia para sobreponerse á ella. El mundo sabe ya que su inteligencia limitada puede vivir con la inteligencia universal, que el destello de su frente puede adquirir viveza por el soplo de una inteligencia libre, porque los pensamientos de los seres habitantes de la eternidad cruzan por ella con sus radios infinitos, llenándola de actividad como los soles de luz. La inteligencia se comunica eternamente con la inteligencia, el universo está habitado hasta los últimos linderos de sus centros infinitos, y la vida verdadera no es más que una serie, jamás interrumpida , de nuevas vidas. Apoyados en estas verdades, vamos á empezar. PRELIMINARES AL ESTUDI O DE L ESPIRITISMO , CONSIDERACIONES GENERALESCAPÍTULO PRIMERO. El Espiritismo representa una grande aspiración.—Es un paso en el camino del progreso.—No impone una creencia, invita á un estudio.—Es doctrina, es filosofía, es ciencia.—Eleva la razón y el sentimiento y satisface á la conciencia =Caract¿res generales.=TeorIa. I. La religión y la filosofía, esas dos potencias que aspiran á la dirección moral de la humanidad, dividen entre sí el imperio de la inteligencia, hablando al sentimiento la una y á la razón la otra; pero ambas se encerraron en un exclusivismo fatal que dio sus resultados necesarios. La religión ha llegado á extraviar el sentimiento, enseñando doctrinas absurdas y ofuscando la razón con preocupaciones funestas al desarrollo de la inteligencia; y la filosofía, aunque por camino opuesto, ha conspirado al mismo fin, secando el manantial purísimo de la fé para crear el vacío en nuestra existencia. Las religiones nos han dotado el fanatismo, los sistemas filosóficos, el escepticismo; la teología despreciando las ciencias, y la filosofía rechazando la fé, han creado antagonismos terribles, cuyos amargos frutos hoy recogemos, han producido desequilibrios que amenazan seriamente, han provocado, en fin, la crisis suspendida hoy sobre nosotros, y que se presenta en forma de problemas, al parecer sin solución. - Si la creencia y la ciencia caminasen acordes, si la religión y la filosofía buscasen el punto de convergencia donde se unen como ramas del mismo árbol, los desiquilibrios, los antagonismos y las crisis se resolverían con sentido armónico en todas las esferas de vida, porque el progreso de la humanidad se realiza en la unidad. Proclamando este sintetismo, se levanta una doctrina, se basa una filosofía que constituye verdaderamente una nueva ciencia; doctrina más consoladora y más moral que cuantas hoy se predican, filosofía que pone en el sendero de la verdad, ciencia que ha de causar una profunda revolución en todos los conocimientos, así del orden físico como del orden moral. Doctrina que eleva el espíritu mostrándole i 5 siempre el más allá, que dignifica la materia impulsando á conocerla y enseñando á conservarla, que habla á la razón asentándose en la ciencia y al sentimiento basándose en la moral pura evangélica, que pulsa las cuerdas más delicadas y sublimes cuyo armonioso eco resuena en la conciencia, esparciendo sus sonidos de dulce misterio y cariñoso amor con el aliento de la piedad hasta los más ínfimos seres, con el perfume- de la adoración hasta el Ser que es y está en el infinito, Dios. Filosofía que ofrece puntos seguros de partida, que permite y alienta todas las investigaciones, impulsando hacia lo verdadero la inteligencia, hacia lo bello el sentimiento, hacia lo bueno la voluntad, y enseña al hombre á caminar adelante con el lenguaje de la inteligencia que vuela^ con la exactitud de la razón que mide y discurre, y con el movimiento del corazón, cuyos latidos se precipitan á la inefable y divina fuerza del amor. Ciencia que inquiere el desarrollo del universo para llegar á la construcción ideal, á la filosofía propiamente dicha, buscando el común orígen de la filosofía ideal y de la filosofía de la naturaleza—psicología, teología, cosmología,—ya procediendo por el método inductivo de los he - .16 chos á las causas y á las leyes, ya descendiendo de deducción en deducción, de la cúspide á los diversos puntos de la base. Ciencia que no permite á la psicología usurpar su objeto y su destino á la moral; que no consiente que las leyes morales sean impuestas por la teodicea, sino que esta las saque, como consecuencia sublime, de los estudios morales; que evita los errores, brillantes si se quiere, pues fueron fecundos en desenvolvimientos, de la metafísica. Ciencia cuyo incipiente estado estimula á su cultivo, y que está llamada á grande desarrollo, porque le auxilian los progresos de todas las ciencias y la decadencia de tantas doctrinas y teorías. Doctrina, filosofía y ciencia qué, si concretamos sus miras al actual período histórico, aparecen como el providencial remedio á las necesidades de la época, .en que predominan el pensamiento del momento sobre el del porvenir, el hombre sobre la nación, el partido sobre el país, y los intereses sobre los principios; doctrina, filosofía y ciencia que llevan sus consecuencias al terreno de la vida práctica para señalar un nuevo paso en la dirección moral de la humanidad, armonizando la filosofía y la religión, la ciencia y la creencia. Esta grande aspiración, que responde segura- '7 mente á una necesidad histórica, es lo que en primer término representa el Espiritismo. II. Admitimos la existencia del mundo corporal ó de la materia, y la del mundo incorpóreo ó del espíritu. Muchas de las relaciones del mundo material entre sí las conocemos; parte de sus organismos, combinaciones y modos de obrar los conocemos también ó nos damos su explicación; conocemos igualmente y nos explicamos algunas de las relaciones entre nuestro ser espiritual y nuestro ser material; pues bien, viendo, sintiendo, cognosciendo en nosotros mismos esas relaciones del mundo espiritual con el mundo corporal, del espíritu y de la materia de que estamos formados, ¿no es natural que en ese orden de-conocimientos, aspiremos á explicarnos la razón de los fenómenos producidos con motivo de aque - llas relaciones? ¿No es natural que en ese linaje de ideas, aspiremos á ensanchar la esfera de nuestros estudios? ¿No es noble y elevada aspiración trabajar con esfuerzos aunados para conseguir darnos explicación del mayor número posible de fenómenos del mundo espiritual, lo mis- Í 8 mo que viene haciéndose con los fenómenos del mund o material? Hé ahí la razón de ser de la ciencia espiritista. Esta ciencia, incipiente hoy, porque como tal no ha sido estudiada, crecerá, se desarrollará y jugará el gran papel que la está reservado en los progresos humanos. No importa que ayer fuese perseguida por los verdugos del pensamiento, no importa que hoy se la desprecie ó se la tema. Todo nuevo descubrimiento, toda teoría nueva que viene á colocarse, real ó aparentemente, en pugna con lo conocido ó con las ideas imperantes, ha sido siempre, y es, objeto de desprecio, de burla, cuando no de persecución. Hubiérase dicho un tiempo que el rayo no era lanzado por las iras de Júpiter tenante, que el trueno y la tempestad eran otra cosa que manifestaciones de la cólera de los dioses ó la magnificencia terrorífica de los genios infernales, hubiérase dicho que la chispa que atraviesa rápida el espacio, inundándole de claridad, es un fenómeno eléctrico, 3^ al impostor que tal se hu - biese atrevido á suponer, le habrían acompañado la risa, la befa, el escarnio de todo el mundo, y la condenación á muerte por su escandalosa osadía. Viene más tarde la ciencia, descubre el fluido eléctrico, explica muchos fenómenos, y el mundo
 

DE LA TRANQUILIDAD DEL ANIMO

A SERENO I. SERENO: Cuando me examinaba a mí mismo, ¡oh Séneca!, aparecían en mí algunos vicios, puestos tan al descubierto que podía co...